13 de Enero del 1015
De vuelta, tras unas largas vacaciones merecidas para todos, tocaba volver a la rutina. Y qué mejor forma de hacerlo que descubriendo otro material con el que podemos colorear nuestros dibujos.
En este caso le tocaba el turno a los alimentos, y entre ellos las frutas y las verduras.
Se trata de un taller que se debe preparar con bastante antelación, ya que dependiendo del alimento que elijamos, se tarda un tiempo u otro en extraer los pigmentos. Hay varias metodologías ( más o menos científicas) para extraer los pigmentos, pero en mi caso usé el que está al alcance de todos: La cocción.
Elegí las siguientes frutas y verduras para colorear: Berenjena, espinacas, limón, zanahoria y el café. Rallé o corté en pequeños trozos cada uno de ellos y los puse a calentar al fuego con muy poca agua. Tras unos 5-7 minutos, colé y escurrí cada fruta y verdura y listo.
La actividad comenzó mostrandoles los distintos alimentos, dejando que los tocaran, olieran e identificaran. Una vez habíamos realizado ese ejercicio les hice una pregunta muy simple ¿ cómo puedo colorear con estas cosas? ¿ cómo saco sus colores? Después de comprobar que por mucho que raspábamos con ellas la ropa o los papeles, el color no se quedaba en ellas, les conté un cuento sobre los pigmentos que hay en las hojas, y el resto de órganos vegetales, y cómo podíamos sacarlos.
Una vez conocimos a nuestros amigos los cloroplastos, entre otros, les mostré los colores que yo había obtenido en casa, y con su ayuda realizamos el del café. Cuando ya tuvimos todos los pigmentos, nos dispusimos a colorear nuestras fichas:
¡¡Un nuevo material con el que colorear!! El siguiente ¿ Para cuándo?
