jueves, 18 de diciembre de 2014

Pompas de Jabón

18 de Noviembre del 2014

Pues sí, acercándonos al invierno, y en la ciudad que estamos, me atreví con esta actividad ¿Porqué no? 
Implica un ejercicio de responsabilidad, de paciencia e incluso de delicadeza, y si se tienen en cuenta una serie de precauciones el niño o la niña no tienen porqué acabar como patos. 

La idea fue realizar un pompero y salir al patio a usarlo. Por lo que lo primero que tenía que resolver es:
¿Que receta de pompas de jabón uso?
Y cuando digo receta, es porque es una receta, atrás quedó el usar detergente liquido y agua. En Internet se encuentran más de 10 recetas distintas para hacer LA POMPA PERFECTA. Yo lo único que quería es que les resultara fácil sacar las pompas soplando. Descarté ( bien o mal) la idea de usar las recetas que contenían glicerina, y opté por las ideas más caseras y que más me convencieron. 

La receta constaba de los siguientes ingredientes: gelatina, agua, jabón líquido, harina de maíz y azúcar glas. Desde aquí quiero dejar constancia de lo que ocurre por no seguir al pie de la letra las cantidades que indican: 

 
Al parecer creé flubber

Después de repetirlo un par de veces, logré el resultado que buscaba, pero es cierto que en ningún caso puse las cantidades que me indicaban en la página que visité, porque no obtenía buenos resultados. Espero que cuando repita la actividad en verano, con la intención de crear POMPAS GIGANTES, esta experiencia me ayude. 

Una vez el "mejunje" estaba listo, nos quedaba hacer nuestro pompero. Para ello compré botellas de medio litro de plástico y las corté a un tercio de altura, y con cinta de doble cara les pegué una cremallera para poder abrir y cerrar la botella tantas veces como quisieran. El usar cinta de doble cara es una solución y alternativa a coser la cremallera directamente a la botella, y en mi caso, mucho más sencillo para los y las ecopekes. 
Listas las botellitas, era su turno. y con un poco de témpera mezclada con cola blanca para que se adhiera bien a la superficie, decoraron cada uno y cada una la suya.







Mientras se secaban, fuimos creando el pompero propiamente dicho. Usamos para ello limpiapipas, que no solo es vistoso, si no que a la hora de manejarlo es sencillo. Hicimos dos, uno con forma circular y otro con forma de corazón, y decoramos el mango con cachos de pajitas de colores a modo de cuentas.
El resultado fue muy bonito.




Con ilusión salimos al patio a probarlos y hacer pompas, es una actividad que repetiremos en más ocasiones, con distintos materiales y la posibilidad de acompañarnos el buen tiempo.





miércoles, 17 de diciembre de 2014

Experimentando con pasta de sal: Erizos

11 de Noviembre del 2014


Continuamos con la experimentación con distintas texturas, en este caso le tocaba el turno a las masas. Aún no quería trabajar con ellos ni la plastilina, ni el barro y/o arcilla. Quería que fueran partícipes, desde el comienzo hasta el final, en la actividad y crearan algo desde cero. Por eso opté por hacer PASTA DE SAL.

Receta
1 Vaso de harina
1/2 Vaso de sal
1/2 vaso de agua

La mayoría de los ecopekes aún no dominan hacer formas básicas con este tipo de materiales, por lo que el simple hecho de mezclar ingredientes, amasar e intentar darle una forma definida a la masa, es todo un mundo para ellos y ellas. 

Comenzamos poniendo en cada plato un vaso de harina y descubrimos lo suave que es, haciendo con nuestras manos una montaña con un agujerito en el medio. Allí metimos medio vaso de sal y lo mezclamos bien. 

Y, ¡Cómo no! Teníamos que probarlo... Después de llenarnos la cara de harina con sal, ellos y ellas descubrieron la diferencias entre la finura de la harina y el grosor de la sal, y yo descubrí que, por mucho que estas masas lleven sal para evitar en parte que se lleven el material a la boca, hay veces que eso no funciona. No existiendo riesgos, hay que dejar que experimenten, es la base de su aprendizaje.

Con la cara blanca continuamos nuestra masa añadiéndole medio vaso de agua, éste paso quizá es el que más les costó, para dejar la masa uniforme necesitaron un poco más de ayuda, pero enseguida la tuvimos lista para trabajar con ella.  


 Hicimos tortitas

 Bolitas

 Churretes

 Vamos cogiéndole gusto a pringarnos

 Sin que falten las sonrisas

Muchas sonrisas

Después de estar un rato familiarizarnos con el material, tocaba darle una forma más definida: ¡Hacer nuestro erizo!. En un momento lo tuvieron resuelto, por lo que el siguiente paso era ponerle las púas. Para ello usamos macarrones. 

Este fue uno de esos momentos en los que la espontaneidad de los niños y niñas te hacen sacar una carcajada: Ya que uno de ellos, Aaron, identificó el gesto de poner las púas a la masa, al de poner las velas en una tarta de cumpleaños, por lo que comenzó a cantar a pleno pulmón : ¡CUMPLEAÑOS FELIZ!, tras él se unieron el resto:

 Cumpleaños feliz

Cumpleaños feliz

 Te 

 Deseamos

 Todos

¡Cumpleaños Feliz!

Es cierto que a mi no me gusta darles una actividad dirigida, si no que estoy a favor de fomentar la creatividad en los niños y niñas, pero cuando se trata de materiales nuevos, creo que es mejor enseñarles a trabajar con ellos, y luego poco a poco ayudarles a pensar, avivar la creatividad y darles libertad de expresarla. Por lo que espero que poco a poco, sean ellos y ellas las que más adelante me sorprendan y se decidan a dar un paso a ciegas. 

Terminada la parte "púas", sólo quedaba darle un toque de color. Cuentan con los tres colores básicos: Magenta, amarillo y cian, y la posibilidad de mezclarlos y descubrir nuevos colores, o como dicen ellos y ellas: 

¡Hago magia!

miércoles, 3 de diciembre de 2014

El y la buen ecopeke


4 de Noviembre del 2014

Después de este primer mes de toma de contacto, conocer el aula, el centro y conocernos entre nosotros y nosotras, comienza Noviembre.
Y con ello, nuevos niños y niñas, ésto sumado al hecho de que los que llevan más tiempo toman confianza, hace necesario la redacción de unas NORMAS DE COMPORTAMIENTO.
No soy muy amiga de estas medidas, pero en este caso las veo necesarias. No me mal interpretéis, los Ecopekes se portan genial, pero también necesitan unas directrices y saber que se espera de ellos en cada momento. 
Lo ideal es plasmar pocas ideas, concisas y claras y sobretodo escritas en POSITIVO. Las que yo elegí fueron:

  1. 1, 2, 3, ... Y al circulo
  2. Saludamos y nos despedimos: ¡Hola, hola! Y ¡Hasta luego cocodrilo!
  3. Recogemos el aula
  4. Nos vemos en fila
  5. En el baño estamos tranquilos
  6. Hablamos sin gritar

Yo se las escribí en una cartulina, y más tarde, cada uno de los y las Ecopekes, colorearon una serie de dibujos con representaciones de cada acción. 
Para recordarlas mejor, hicimos algunos juegos relacionados con cada una. Y ahora, cada vez que viene un o una Ecopeke nuevo/a se los enseñamos para que los tenga tan presentes como nosotros y nosotras.



¡ Hasta luego cocodrilo!

¡¡¡ Halloween !!!

28 de Octubre del 2014



Antes, hace muchos años, las hadas vivían en un mundo en el que los árboles y todo tipo de animales, eran los protagonistas. Tenían ríos de todos los colores  las montañas crecían hacia arriba y  también hacia abajo. 
No se sabe cuál fue el motivo que desencadenó todo, pero un día su bello mundo comenzó a enfermar y todas y cada una de las hadas tuvieron que huir en busca de otro mundo. 
Llegaron a uno muy parecido al suyo, había árboles, animales, pero no tantos como ellas recordaban. Además, había unos seres que se hacían llamar humanos, algo raros. 
Lo más raro de todo ocurrió cuando se dieron cuenta de que, por mucho que lo intentaran y lo intentaran, no eran capaces de comunicarse con ellos. ¡Los humanos no las veían!. Las pobrecitas, como no las hacían caso, se fueron dónde más cómodas se encontraban : En los pocos bosques que había. 
Un día de otoño, mientras las hadas recolectaban castañas para hacer un rico postre, se toparon un un niño y una niña que realizaban lo mismo que ellas. Al verlas se asustaron y se escondieron tras una piedra. Las hadas estaban confusas, ¿Porqué se habían asustado?.  Pensando y pensando se dieron cuenta de la verdad: ¡Ese niño y esa niña las habían visto! ¡podían verlas! Contentas volaron rápido hasta la piedra y se presentaron. 
Desde ese día las hadas volvieron a sonreír y se encontraron a gusto en este nuevo mundo, porque los niños y las niñas eran capaces de verlas. 
Aunque la Felicidad duró poco, pues cuándo los niños y niñas iban a casa y les contaban a papá y mamá sus aventuras con las hadas, éstos no les crían. Y las hadas poco a poco fueron enfermando hasta que desaparecían.
Los niños y las niñas se pusieron tan tristes que decidieron dar una lección a los mayores, y una noche quedaron en disfrazarse de monstruos feos para asustarles. ¡Llamaban puerta por puerta para dar un buen susto con sus disfraces! Los mayores, para que se fueran, les daban chucherías. 
Al acabar la noche, los niños y niñas se había juntado con muchísimas chucherias, y se las llevaron a las hadas esperando que al menos, como son unas golosas, se pusieran contentas. Las hadas, al ver tantas chuches, sonrieron, y al comer unas poquitas perecía que mejoraban. 
Los niños y niñas, contentos, comenzaron a aplaudir, aplaudieron y aplaudieron como locos y, de repente, todas las hadas ¡ Se recuperaron de golpe!.
Lo que las había curado eran los aplausos de los niños y niñas. Por eso, cada vez que un mayor diga ¡No creo en las hadas! Se debe aplaudir con fuerza, para que no se pongan enfermas. 
Para recordarlo, todos los años, la noche del 31 de Octubre, los niños y niñas se disfracen de monstruos y demás personajes que dan miedo, y llaman puerta por puerta para asustar a los mayores y ellos a cambio les den chuches. Ésa noche se llama:
 HALLOWEEN. 



Pues así comenzamos nuestra tarde en Ecopekes, contándoles una historia que me inventé sobre la marcha, para meterles en ambiente ya que ese día lo dedicaríamos por completo a Halloween. No, no es la historia verdadera, en absoluto, ni tan siquiera se acerca a la realidad lo más mínimo, pero para muchos y muchas era su primer Halloween y no me parecía oportuno hablarles de difuntos y supersticiones. 

Comenzamos preparando nuestro disfraz : ¡Murcielagos!. Y lo primero primero de todo la careta, porque al ir pintada con témpera, tendríamos que esperar a que se secara.
Las caretas se las hice yo previamente, luego ellos y ellas poco a poco, fueron dándole color con ayuda de las esponjas:


 Miriam

Lucía

 Nara

 Aaron

Valeria

Trabajan de forma muy limpia y ordenada para lo pequeños que son. Una vez estuvieron pintadas las máscaras, nos quedaba decorar las alas de nuestro disfraz de murciélago. Las alas las hice con bolsas de la basura negras,es muy sencillo y el resultado no está del todo mal.

Una vez se le hace las ondulaciones, sólo es cortar de forma transversal y usar las cintas de atar la basura para ajustarle las mangas a cada niño y niña. 

Trabajando tranquilitos


El siguiente paso, para prepraranos para halloween, era tener un lugar donde guardar las chuches que fueramos consiguiendo por la noche. Normalmente se usan calabazas, pero con niños y niñas de éstas edades es muy difícil, no sólo vaciarlas, si no realizarle los cortes para hacer la cara.
¿La alternativa? ¡Usar mandarinas! Yo les cortaba la tapa, y cada uno de ellos y ellas vaciaban el contenido con ayuda de una cuchara. 
¿Observáis la foto anterior lo ordenados, limpios y tranquilos que trabajaban? Pues con la llegada de las mandarinas y su vaciado todo cambió: ¿Que no puedo con la cuchara? ¡Pues con las manos! 
Menuda bronca me cayó por tirar los restos a la basura ... ¡La comida no se tira, señorita! Qué razón tienen. 
Una vez vaciada la mandarina, la rellenamos con papel de periódico para dar consistencia, y con ayuda de un punzón fuimos haciéndole la cara. No estaba muy segura de que fueran capaces, pero me sorprendieron, como siempre, gratamente. Al acabarla la rellenamos de chuches y... 


¡Ya estaba lista! 


Con la mandarina lista para guardar chuches, nuestras máscaras secas y las alas preparadas para volar, sólo quedaba vestirnos:

¡Feliz Halloween!