domingo, 1 de febrero de 2015

Expresión corporal I

20 de Enero del 2015


Llevaba tiempo queriendo hacerles una sesión de expresión corporal completa, ya que el día que comenzamos un poco con ello, introduciéndoles música y movimientos básicos, vi que se lo pasaban bastante bien. 
Comenzamos la sesión  creando un circuito de psicomotricidad en el aula. Usé mesas por las que tenían que pasar reptando, bandas adhesivas en el suelo que simulaban recorridos, aros por los que saltar, ... 
Hicimos carreras controlando el tiempo, uno/a por uno/a, mientras el resto animaba con fuerza. Sin duda es una actividad que explotaré cuando el buen tiempo nos permita salir al exterior, fomenta la coordinación, el compañerismo, la paciencia, la orientación espacial, ... Vamos, completa completa y sobretodo, entretenida.

Seguimos con un juego muy sencillito de mímica, en el que, uno por uno, iban representando un animal y el resto debían adivinar qué animal era. hubo a quien le costó más hubo a quién le costó menos, a quién le daba vergüenza y a quién poco a poco fue metiéndose más y más en la actividad.
Metidos ya algo más en la representación, di paso al siguiente juego: El Domador y los leones. A la de tres se convirtieron todos y todas en leones y yo, como buen domador, les fui dando órdenes sencillas que debían hacer como si estuvieran en un circo. Al cabo de un rato, pasé la batuta a uno de ellos y yo me convertí en un león más a las órdenes del nuevo domador.

Estuvimos un rato con este tipo de juegos. Y pasamos al siguiente, tocaba el turno al cuento motor, un cuento motor no es más que una historia escenificada a la par que se va contando. Para ello nos trasladamos al teatro del centro, les encanta,y es un recurso que hay que valorar, para enseñarles a comportarse en ese tipo de lugares, y que aprendan a estar sobre el escenario para las representaciones que hagamos en un futuro, que se sientan a gusto cómodos, que hagan suyo ese espacio. Tenía pensado y preparado un cuento sobre magos y hadas, porque es un tema que me encanta y trabajo mucho con ellos y ellas, y cual fue mi sorpresa que, cuando acabé ¡Me pidieron otro! Parece que la actividad les había gustado y mucho, así que, sobre la marcha fui inventándome otro, en este caso sobre animales y una granja.

Aprovechando que estábamos en el escenario, cantamos algunas de nuestras canciones favoritas y ensayamos las posturas y posiciones que debemos tener allí arriba.

De vuelta al aula, les tenía una sorpresa: ¡Sesión de yoga!. Tomaron una esterilla para cada dos, nos descalzamos, pusimos música suave y comenzamos a realizar posturas  muy muy básicas. Pensé que les costaría más, que no se centrarían, pero es algo que les llamó mucho la atención  y que sin duda repetiré más adelante, incluso en una sesión de más tiempo.




Me llevo muy buen sabor de boca de esta primera sesión de expresión corporal y creo que ellos y ellas también. 


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